Cognición investida. El poder de la ropa
¿Sabías que tus procesos mentales y tus percepciones pueden verse alteradas por la indumentaria? Nuestra forma de vestir influye en nuestros pensamientos, en cómo nos percibimos y en nuestro estado de ánimo.
En un estudio publicado en 2012, los investigadores Adam y Galinsky, de la Universidad de Northwestern (EEUU), pasaron una prueba llamada Stroop a 58 estudiantes.
El test de Stroop consiste en mostrarle a una persona una serie de palabras impresas en tintas de diferentes colores. Todo lo que tiene que hacer el sujeto es mirar cada palabra y nombrar el color de la tinta en que se imprime. El truco está en que las palabras son nombres de colores y no coinciden con el color de la tinta. La palabra rojo se imprime en tinta verde, la palabra marrón se imprime en tinta azul.
El cerebro procesa inmediatamente la palabra que se deletrea y requerimos de mucha agilidad mental para detenerse a leer el nombre de un color y al tiempo centrarse en el color de la tinta.
Pues bien; estos dos investigadores midieron la rapidez con la que los estudiantes contestaron y cuántos errores cometieron. Y como era de esperar, un error común fue leer el nombre del color en lugar de decir el color de la tinta.
Fueron más allá, y quisieron comprobar si lo que los estudiantes llevaban puesto mientras hacían la prueba conduciría a resultados diferentes. Así que a una mitad se les pidió que realizaran dicha prueba con su ropa normal, y a la otra mitad que se pusieran una bata blanca de laboratorio.
¿Qué ocurrió? La ropa marcó una gran diferencia en relación a la agilidad mental. Aquellos sujetos que llevaban la bata fueron más rápidos que los que llevaban ropa normal. Y además cometieron muchos menos errores. Los investigadores llamaron a este efecto "Enclothed cognition" (Cognición investida).
En el momento en que se les dijo que era una bata de médico, su agilidad mental mejoró. Sin embargo, cuando probaron a repartir a un tercer grupo idénticas batas pero diciendo que eran de pintor, comprobaron que el grado de concentración disminuía. En definitiva, al asociar la bata blanca con un médico sus cerebros estaban preparados para asumir diferentes capacidades mentales.
Finalmente, los investigadores concluyeron que la experiencia física de llevar la ropa, así como su significado simbólico afecta al pensamiento.
Este experimento mostró, tal y como lo explica la doctora Karen Pine en su libro Mind What You Wear: The Psychology of Fashion que el simple hecho de ponerse un artículo de ropa trae consigo un cambio sutil pero significativo en los procesos de pensamiento. Y ese es un mensaje muy poderoso.
Esta profesora de Psicología del Desarrollo de la Universidad Hertfordshire (Inglaterra) pidió a un grupo de alumnos que asistieran a clase vestidos con una camiseta de Superman. Y se volvió a cumplir el efecto "Enclothed cognition". Los alumnos se percibieron a sí mismos como más agradables, superiores al resto e incluso más fuertes.
En un artículo del periódico ABC , Karen Pine explica que una de las maneras en las que la ropa ejerce una influencia sobre nosotros es a través del significado simbólico que tiene una prenda, dado que adoptamos las características asociadas a ésta. Pero no sólo eso, sino que también a través de la conexión con los recuerdos. Cuando usamos una prenda que para nosotros es importante por los recuerdos a los que está asociada, puede desencadenar un sentimiento conectado a ello.
«Cuando nos ponemos una prenda asociada a experiencias felices anteriores, desencadena los recuerdos positivos que, a su vez, provocan la recreación de las mismas respuestas emocionales», expresó al periódico.
¿Recuerdas el ejercicio de evocar sensaciones con nuestro estilo que propuse hace un tiempo? Va por esa línea. Cuando te sientes totalmente tú con un outfit, de repente te aumenta tu seguridad y confianza, te sientes feliz, y los demás lo ven y te devuelven un feedback reafirmando esas percepciones.
Es importante prestar atención a lo que representa cada prenda que nos encanta, qué nos está diciendo, qué cualidades tiene, para ir descubriendo qué piezas nos hacen sentir mejor.
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